domingo, 17 de marzo de 2013

Esquí alpino


Esquí alpino


HISTORIA:
Los primeros esquíes conocidos datan de hace unos 5.000 años, y se pueden contemplar en el Museo Djugaarden en Estocolmo. Se cree que su primera utlización en el aspecto militar fue en el año 1.200 en la batalla de Oslo, en la que el rey Sverre de Suecia equipó a sus tropas con esquíes para poder espiar a los noruegos. El esquí nació en Austria en 1.590, pero no apareció como deporte de competición hasta 1.860 en que el rey de Noruega otorgó un trofeo al ganador de una carrera de esquí alpino celebrada cerca de Oslo.
Inicialmente se usó la técnica "telemark" nacida en Noruega en 1.878, pasándose posteriormente a otra más elegante y práctica, la técnica alpina, al inicio llamada "técnica Lilienfelder" en relación a la ciudad donde nació su popularidad. Fue el austriaco Mathias Zdarski quien inventó esta nueva forma de esquiar y modificó los esquíes.
Zdarski organizó el 19 de marzo de 1.905 una competición de características muy similares a las del slalom actual. Pero el esquí alpino moderno comenzó gracias al esfuerzo de dos hombres: Sir Arnold Lunn y del austriaco Hannes Schneider. Lunn inventó el slalom y organizó en 1.922 en Muerren (Suiza) el primer slalom moderno real, prueba que fue ganada por el inglés J.A. Jounnides. La reunión de Lunn y Schneider dió lugar al nacimiento de la primera gran carrera de esquíes, la Arlberg-Kandahar.
Hasta 1.930 la Federación Internacional de Esquí (FIS) se negó a aceptar el esquí alpino, y por este motivo no debutó como deporte olímpico hasta los Juegos de Garmisch-Partenkirchen en 1.936, en que se celebró una prueba de descenso y dos de slalom. Desde Calgary 1.988 el programa olímpico consta de cinco pruebas tanto masculinas como femeninas: descenso, slalom supergigante, slalom gigante, slalom especial, y combinada.

Las reglas:
La competición
Gana la competición el esquiador que consigue llegar a la meta en menos tiempo, utilizando el material adecuado y sin saltarse las puertas.

Las pruebas
Se disputan cinco pruebas tanto en categoría masculina como femenina:
    Descenso
    Supergigante
    Slalom gigante
    Slalom especial
    Combinada

Descenso:
Es la especialidad más espectacular porque los participantes alcanzan altas velocidades, en ocasiones superiores a los 120 km/h.

La pendiente oscila entre 800 y 1.100 metros para los hombres y de 500 a 800 m. para las mujeres. Para que el esquiador distinga el trazado se colocan puertas de color rojo en los ángulos derechos del descenso. Las zonas donde se alcanza más velocidad tienen que ser anchas y estar protegidas de manera adecuada para evitar riesgos en caso de caída. Por ello los esquiadores tienen que llevar casco.

Supergigante:
Es una mezcla entre descenso y slalom gigante. La pendiente oscila entre 500 a 650 m. para los hombres y entre 400 a 600 m. para las mujeres.

     Para distinguir el trazado se colocan de forma alternativa puertas azules y rojas. En categoría masculina hay al menos 35, y en la femenina 30. Es obligatorio el uso de casco como en el descenso.

Slalom gigante:
Resume todas las características del esquí alpino porque se precisa de velocidad, coraje, técnica y precisión. La pendiente varía entre 300 a 450 m. para los hombres y de 300 a 400 m. para las mujeres.

Se disputan dos mangas con la misma pendiente pero diferente trazado, ganando quien logre el menor tiempo sumando ambas carreras. El número de puertas alternantes azules y rojas oscila entre 56 a 70 para los hombres y entre 46 a 58 para las mujeres.

Los esquiadores disponen de una hora para inspeccionar el recorrido antes de empezar la carrera pero sin poder esquiar en él. En la segunda manga salen en orden inverso los 30 primeros clasificados.

Slalom especial:
La pendiente va de 180 a 220 m. para los hombres y de 140 a 200 m. para las mujeres. La competición se compone de dos mangas con la misma pendiente y diferente trazado. Las puertas que marcan el recorrido también alternan el color azul con el rojo, pero son palos únicos a diferencia de las otras pruebas en que son dobles. Su número oscila para los hombres de 55 a 75 y para las mujeres de 40 a 60.
Las puertas están muy juntas obligando al esquiador a mantener un equilibrio perfecto para evitar saltarse alguna de ellas.

Combinada:
Consta de dos pruebas: descenso y slalom especial. Demuestra la versatilidad del esquiador al combinar las dos especialidades más dispares del esquí alpino.
Para obtener el tiempo definitivo se suma la marca lograda en cada una de las dos pruebas.

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